Adalberto y su Son: 30 años con muchos proyectos soneros

Adalberto Álvarez es el músico más emblemático del son contemporáneo, su conjunto cumplió el 26 de febrero 30 años que para Adalberto no es nada porque aspira a mantener vivo el son por muchos años.

Lo último que acaba de realizar Adalberto con su grupo es una visita a México con voces noveles cantando son, un empeño de mucho interés. “No son soneros, pero es bueno que se vayan familiarizando con lo tradicional cubano, no importa que lo hagan a su manera muy contemporánea”.

Otro de los empeños este año de Adalberto consiste en organizar el Festival Matamoroson de Santiago de Cuba para octubre. “Tenemos que levantar el son en ese festival tan importante para la zona oriental. No hay que olvidar que el son tuvo sus primeros pasos en esa región montañosa”.

También Adalberto tiene la responsabilidad de atender el evento de El Tinajón, en Camaguey (Patrimonio de la Humanidad). Su tierra natal, donde está interesado en mantener las tradiciones de una ciudad muy de tradiciones españolas.

Recordando aquellos días en que iniciaba un nuevo proyecto en La Habana, en 1984, “tuvimos el impulso amistoso de Oscar D´ León, nos bautizó el nombre del grupo Adalberto y su Son. Salimos con una nueva línea frontal, los cantantes: Félix Baloy, Ciso Guanche y la voz prima de Héctor Anderson. El tres lo defendía Pancho Amat, teníamos músicos muy bien entrenados. Rápidamente colocamos varios éxitos para los bailadores: Esperando que vuelva María, El regreso de María, Sueño con una gitana, El mal de hipocresía, Mi negra se ha vuelto loca”.

Antes de esta experiencia de Adalberto y su Son, el músico había dejado un sello aportador con el Conjunto Son 14 de 1978, en el que aportó “con cierto aleatorismo atonal, una música sonera sencilla, espontánea y llena de frescura”, según escribe en las notas del primer disco de Son 14, el pianista, compositor y productor Frank Fernández.

Es de mucha importancia dedicar un espacio al concepto de un músico triunfador como Adalberto. En 1992 le reveló a Leonardo Padura Fuentes que en un inicio, en la década de 1970, buscan una atmósfera que tuviera relación con la salsa latina de la cual tenía una asombrosa información.

“Lo primero fue buscar que mi estilo –explica Adalberto-, traté de lograr una personalidad, un sello que me identificara y me diferenciara del conjunto Rumbavana, para donde componía canciones y con los cuales me identifiqué al inicio”.

Adalberto se identificó con los trombones dentro del conjunto sonero para tener diferencias tímbricas con el Rumbavana.
Pero, hay más, Adalberto fue creando un estilo, un timbre sonero fundido con la trova tradicional. De la trova toma la lírica romántica y del son los esenciales tumbaos y montunos, con la sabrosura cubana. Como brújula se inspira en el pianista Lilí Martínez con Arsenio y Chapottín. Se alimenta también de la guaracha al estilo de Ñico Saquito (Menéame la cuna). “Siempre estaremos comprometidos y en deuda con los grandes soneros como Arsenio, quisiera homenajear al Benny Moré. “El son es del año en que tú lo toques”, dice Adalberto

En un momento de recuento, le pido a Adalberto hacer un inventario los acontecimientos más importantes de todos estos 40 años de vida artística.

“Como hito, lo primero fue mi estudio en la Escuela Nacional de Arte (ENA), donde estudié música desde 1962, fecha en que le hice la promesa a mi mamá de regresar a Camagüey con el título de músico. De aquella experiencia recuerdo a mis compañeros de estudio (Beatriz Márquez, José Luis Cortés, Pachito Alonso, Emiliano Salvador, Joaquín Betancourt, Demetrio Muñíz). Con algunos pariguales formamos clandestinamente, en 1966, la orquesta Típica en la ENA, con dos fagot, dos flautas, dos oboes, tres violines, viola y cello; una experiencia divertidísima. Ahora me da mucha gracia la vez que acudí con mi fagot a la convocatoria de la formación de la orquesta de Los Van Van (1969). Te imaginas un fagot en una charanga, es como llevar un cañón. Fueron inolvidables mis primeras composiciones tocadas y grabadas por Rumbavana: Con un besito, mi amor, El son de Adalberto, Sobre un tema triste, Realidad y solución. Después vino la etapa de mi Servicio Social en 1973, en Camagüey donde impartí clases en la escuela de música. Simultáneamente me presentaba con el conjunto “Avance Juvenil” de mi papá Nene. En aquellos días fue decisiva la llegada de Eduardo Morales (Tiburón) al proyecto nuestro. Con el tiempo, unos cuantos músicos camagüeyanos, llenos de ilusiones, buscamos un lugar en la música en Cuba, emprendimos la invasión hacia el Oriente para formar en Santiago de Cuba el Conjunto Son 14, estrenado el 11 de noviembre de 1978. Muchos desconocen que la primera salida al exterior en septiembre de 1979 fue a Barquisimeto, Venezuela, al “Festival de La Divina Pastora”, donde ganamos el galardón Crepúsculo Dorado”. Finalmente la llegada triunfal a La Habana en 1980, en el Festival de Música Adolfo Guzmán”.

Las influencias y la herencia musical de Adalberto es digna de contarse: “Mi mamá Rosa Zayas, cantaba muy bien, en buena medida era mi consejera musical. Mi papá tuvo el conjunto Avanve Juvenil y Soneros de Camacho. En mi casa se respiraba lo tradicional: Arsenio Rodríguez, Chapottín, La Sonora Matancera, El Casino, La Aragón, Sensación, Neno González, Benny Moré”.

Entre las inquietudes de juventud de Adalberto se encontraba el interés por estudiar aviación; pero no poseía las aptitudes en las matemáticas. “Como por magia divina, en 1962, me salva una beca de la Escuela nacional de Arte. Me ofrecieron estudiar el extraño instrumento del fagot, en 1962, yo le prometí a mi mamá que volvería con el título de músico bajo el brazo”.

Las dotes principales de Adalberto –al igual que el caso de Juan Formell- están concentradas en sus composiciones de éxito: A Bayamo en coche, El son de la madrugada, Fin de semana en La Habana, ¿Y qué tú quieres que te den? A bailar el toca toca, Locos por el son, Sueño con una gitana, La novia de un amigo mío, Para bailar casino, Mi linda habanera, Gozando en La Habana, Un pariente en el campo, Somos tu y yo, Ella es una abusadora, Lección de amor, Locos por el son, Sueño con una gitana, Para bailar casino, Mi linda habanera, Deja la mala noche, Gozando en La Habana

Después llegaron a grabar discos con Isaac Delgado, Celina González y Omara Portuondo.
Muchas de ellas grabadas también por bandas salseras latinas: El son de Adalberto se diseminó por el mundo las obras del cubano fueron versionadas por muchos salseros: La 440, Willie Rosario, Charanga Casino, El Trabuco Mexicano, Andy Montanez, Oscar D´ León, Louis Ramírez, Roberto Roena, Grupo Platería, Willie Rosario, Justo Betancourt, Ismael Quintana, Juan Luis Guerra, Eddie Palmieri, Gilberto Santa Rosa, La Fania All Stars y muchas más.

Por los conjuntos de Adalberto han pasado muchos cantantes: Eduardo Morales “Tiburón”, Daniel Carmenate, Héctor Anderson y Eduardo Morales (Tiburón), Héctor Baloy (con B), Coco Freeman, Valentín Larrondo, Rojitas, Aramis Galindo, Coco Freeman, Juan José Hernández, Evelyn García Márquez, dos de sus hijas: Yanitza Álvarez y Dorgelis (pianista y voz). En el 2008 las voces son: Michel Hernández, Aldo Miranda, Jorge Damian.

Adalberto se ha convertido en un abanderado del baile “Casino”, típico de Cuba, es Premio Nacional de Música 2008, Premio Festidanza, Perú, 1990. Han llevado el son a medio mundo, en 1983 viajaron para presentarse en el Geek Theatre Berkeley de San Francisco, California, Nimes, Templo de Diana en París. En el 2002 tocaron en el Palacio de los Congresos de París con Compay Segundo, ante 4 mil asistentes. Cuenta con unos 20 discos. En la actualidad Adalberto dirige su propio proyecto la Fiesta del Tinajón de Camaguey. “Mi objetivo principal siempre fue hacer bailar a los bailadores, esa es nuestra misión, dar alegría al pueblo”, termina diciendo el sonero cubano.