Así era el Benny

Benny es el símbolo de la música popular cubana, casi por unanimidad considerado uno de los más geniales artistas que ha producido el continente americano. Lo pude ver actuar en tres ocasiones: Stadium del Cerro, la inauguración del Parque de Taquillas de Varadero y el Festival Papel y Tinta de 1963. El 24 de agosto se conmemora el 90avo aniversario de su nacimiento.

(Tomado del libro en preparación "Benny el Rey", de Rafael Lam). Me hubiera gustado haber entrevistado al Benny, por ese motivo fui agrupando informaciones de familiares, músicos y amigos del cantante. Es sabido que el Benny era un genio fuera de lo común, como cantante, compositor y director de orquesta, sus discos lo demuestran. Las orquestaciones de la Banda Gigante tenían el toque especial del Benny, en los montunos, tumbaos, estribillos, claves, síncopas, coros y pasajes de metales. El cantor siempre supo lo que quería, dominaba a la perfección, esos “tricheries” (trucos).

Benny no es comparable con nadie, solamente se puede comparar con el mismo. Conforma un arte moderno; todo cantante famoso que trasciende en el tiempo y el espacio, tiene como fundamento una creatividad que lo hace ser distinto, contemporáneo, Benny y Pérez Prado se adelantaron más de medio siglo a su tiempo, quizás hayan creado una modernidad eterna; verdaderos clásicos de siempre. Con asombrosa maestría convirtió un proceso altamente complejo en un arte sencillo como una flauta llena de música. Sencillo, en la manera de bailar, de gozar, de vivir; sin embargo lo creado por el Benny no es posible reproducir por otro artista. La atmósfera de éxtasis y frenesí colectivo, de clima emocional que provocaba con sus interpretaciones y con su Banda Gigante, nadie puede lograrlo como el Benny. El arte se hace para ser vivido y para ser sufrido, ahí está el secreto.

En el sentido humano, de la vida del Benny se ha comentado mucho, hay bastante leyenda, Benny es un mito que da para muchos libros. Se sabe que terminó su vida sin un centavo, ofrecía dinero a todos los menesterosos. Es conocida la anécdota de una mujer harapienta que se presenta ante el Benny con una niña en brazos. Le dice: “Benny, yo fui novia tuya”. Benny se conmueve ante ella y le dice a su administrador que diera todo el dinero del pago de un baile a la señora. El administrador le expone que la suma asciende a unos mil pesos, una fortuna en aquel entonces. Benny insiste, finalmente el administrador accedió. Total que después el Benny llegó a la Habana y le pidió el dinero a Alipio García dueño del Ali Bar.

Enrique Benítez, cantante y pariente del Benny, a veces reñía con el lajero pidiéndole ser más pretensioso, porque a veces trabajaba y no cobraba, se lo daba todo a sus músicos y a la gente. “No, compadre, yo me debo al pueblo, trabajo para el pueblo, porque usted sabe que esa es mi gente”.

La personalidad del Benny es muy discutida como observamos en la película El Benny, realizada por Jorge Luis Sánchez. Leonardo Acosta, uno de sus músicos lo describe de esta manera, “Ni guapo, ni tampoco manso, ni era bobo ni trataba de ser vivo. Ese vivir al día, volcado sobre el mundo y sus cosas, fundido con la música, en ese desapego, esa inmediatez se intuye una máscara, tras la que se ocultan muchos sinsabores, años de hambre y pobreza, años anónimos de errabundo juglar trovadoresco. Ese transitar por tiempos de miseria que minan su organismo y engendran la ya enfermedad hepática que lo llevara a la muerte. Es el trasfondo y al la vez reverso de la otra faceta que todos conocemos, centrada en la avidez nunca satisfecha de canto y vida, como quien sabia que debía andar de prisa, pues era poco el tiempo que le estaba reservado”.

Cuando entrevisté en el Hotel Riviera a la primera esposa del Benny, la mexicana Margarita Bocanegra, ella me contó que en la primera conversación con el Benny, mientras comíamos helados, “me reveló que había pasado mucho trabajo en su vida para llegar a ser cantante profesional, que tuvo que pasar el cepillo “el sombrero” por bares de La Habana Vieja, de algunos de esos bares lo lanzaban a la calle y entonces cantaba a los turistas por el Malecón”.

Según Acosta, el Benny era un poco despistado, algo muy usual en los creadores de música. El Benny vivía para la música. Las reclamaciones de contratos llovían, el cantante de moda siempre tiene demanda: bailes, carnavales, fiestas. En una presentación de estreno de la producción “El Solar” (1959), en el fastuoso cabaret Montmartre, quedó dormido por agotamiento físico y mental, dejó esperando al gran público. Benny –al igual que Pérez Prado- quedaba dormido en todas partes y hasta en los momentos en que comía.

“Yo era un hombre feliz. Cantaba a gusto mis programas. Me iba a los bailes con mi orquesta. Nadie me exigía, nadie me regañaba reloj en mano pidiéndome cuentas. El día tiene 24 horas, yo no dormía ninguna ¡Yo no sé que ha pasado. Ensayo a las diez de la mañana. Se canta en la TV por la tarde. Otra tanda por la noche en el teatro y el cabaret al final dos tandas. Regreso con la claridad del día. Tengo que detenerme en plena carretera para no irme dormido contra la cuneta. Una noche noté que se me iluminaban los ojos y no veía nada. Me tuve que parar y dormir diez minutos. Así pude llegar a casa Al otro día en la mañana me vinieron a buscar para grabar y así lo mismo otra vez, me fundo”.

Costumbres del Benny
Benny practicaba la pesca, especialmente con red y jamo. Era amante fuerte del Beisbol, el juego de dominó. Gustaba de hacer cuento de viejos negros esclavos africanos, lo hacía en agachado, costumbre guajira. Sus comidas preferidas: Butifarras del Congo. Preparaba una rara comida lucumí: yuca con harina de castilla, grasas y bolas de maní. También plátano con chicharrones y mucho quimbombó. Preparaba jutías asadas aderezadas con pedazos de caña de azúcar para amortiguar el amargor. Adoraba las comidas criollas: lechón asado, tasajo, bacalao, quimbombó, arroz con camarones, ajiaco. Rabo encendido con mucho picante, costumbre mexicana. Y, por supuesto, era enfermo a la comida china, en el restaurante El Pacifico: arroz frito, tapita y pao. Acostumbraba comer huevos pasados por agua, con mucho ajo, sal y aceite, para resistir las bebidas, según me contó Odalys Fuentes. No era amante de la cerveza, sino del ron Peralta y Matusalén. Tomaba mucho café y fumaba. No era amante de las etiquetas, andaba en mangas de camisa, muchas veces se acostaba sin camisas en el suelo, para refrescar, ante visitas o para dictar algún arreglo musical. Ya sabemos que tenía un conuco donde criaba cerdos y gallinas a las que les ponía nombres de artistas.

Ese era el mundo de Benny Moré, su vida, su trayectoria, con sus tragedias, sus avatares y su leyenda aguda.


Benny Moré

Video: "Batanga Nr. 2"
Video: Exitos del Benny


So war der Benny


Benny ist das Symbol der populären kubanischen Musik, beinahe einstimmig wird er als der genialste Künstler angesehen, den der amerikanische Kontinent hervorgebracht hat. Ich konnte ihn bei drei Gelegenheiten sehen: in Stadion del Cerro, bei der Einweihung des Parque de Taquillas in Varadero und beim Festival „Papel y Tinta“ 1963. Am 24. August wird der neunzigste Jahrestag seiner Geburt gefeiert.

(Aus dem Buch in Vorbereitung "Benny der König" von Rafael Lam). Gern hätte ich Benny interviewt, aus diesem Grund sammelte ich Informationen von Angehörigen, Musikern und Freunden des Sängers. Es ist bekannt, dass Benny ein Genie ausser Konkurrenz war, als Sänger, Komponist und Orchesterleiter, seine Alben zeigen das. Die Orchestrierungen der Banda Gigante hatten diesen ganz speziellen Einschlag Benny’s, in den Montunos, Tumbaos (Klavierparts), Refrains, Beats, Synkopen, Chören und Bläsersätzen. Der Sänger wusste stets was er wollte, beherrschte perfekt diese Tricks.

Benny ist mit niemandem vergleichbar, nur mit sich selbst. Er gestaltete moderne Kunst; jeder berühmter Sänger der Zeit und Raum überwand, hat als Basis eine Kreativität die ihn einzigartig macht, zeitgenössisch. Benny und Perey Prado waren ihrer Zeit ein halbes Jahrhundert voraus, hat als Basis eine Kreativität die ihn einzigartig macht, zeitgenössisch. Benny und Perey Prado waren ihrer Zeit ein halbes Jahrhundert voraus, wohl haben sie eine immerwährende Modernität geschaffen, wahre Klassiker für immer. Mit erstaunlicher Meisterschaft verwandelte er einen hochkomplexen Prozess in eine einfache Kunst, wie eine Flöte voll von Musik. Einfach in der Art sie zu tanzen, zu geniessen, zu erleben, dennoch ist es keinem anderen Künstler möglich, das nachzumachen was Benny erschuf. Die Athmosphäre von Extase und kollektiver Begeisterung, die Stimmung die er mit seiner Banda Gigante erzeugte kann niemand so wie Benny erreichen. Kunst wird geschaffen um erlebt und erleidet zu werden, darin liegt das Geheimnis.

Über den Menschen Benny, sein Leben gibt es viele Kommentare, viele Legenden. Benny ist ein Mythos der Stoff für viele Bücher bietet. Man weiss, dass er sein Leben ohne einen Cent beendete, jedem Bedürftigen Geld anbot. Man kennt die Geschichte einer zerlumpten Frau die auf Benny zutrat mit einem Baby im Arm und ihm sagte: "Benny, ich war Deine Freundin". Benny, berührt davon, geht zu seinem Impressario und bittet ihn, der Frau die gesamte Gage eines Konzerts zu geben. Der Impressario deutet ihm, dass dies über tausend Pesos seien, ein Vermögen in jener Zeit. Benny besteht darauf und schliesslich lenkt der Impressario ein. So kommt Benny zurück nach Havanna und bittet Alipio Garcia, den Besitzer der Ali Bar um Geld.

Enrique Benitez, Sänger und ein Verwandter von Benny schimpft manches Mal mit dem Mann aus las Lajas, bittet ihn anspruchsvoller zu sein, denn zuweilen arbeitete er ohne Gage für sich selbst, alles gab er seinen Musikern und anderen Leuten."Nein, mein Freund, das bin ich dem Publikum schuldig, ich arbeite für das Volk, Du weißt, das sind meine Leute."

Benny’s Persönlichkeit ist vieldiskutiert wie man dem Film "El Benny" von Jorge Luis Sanchez entnehmen kann. Leonardo Acosta, einer seiner Musiker, bescheibt ihn folgendermassen: nicht stolz und nicht weich, weder dumm noch wollte er schlau sein. Er lebte im Augenblick, setzte sich hinweg über die Welt und ihre Dinge, verschmolzen mit der Musik; in dieser Losgelöstheit, dieser Unmittelbarkeit vermutet man eine Maske hinter der mancher Verdruss, Jahre des Hungers und der Armut, der Anonymität als umherziehender Troubadour verborgen bleiben. Dieser Weg durch schwere Zeiten beeinträchtigen seinen Organismus und verursachen eine Gelbsucht die ihm schliesslich den Tod bringen wird.

Während eines Interviews im Hotel Riviera mit Benny’s erster Ehefrau, der Mexikanerin Margarita Bocanegra berichtet sie von ihrem ersten Gespräch mit Benny, beim Eisessen: "er eröffnete mir, dass es ihn grosse Anstrengungen gekostet hat um ein professioneller Sänger zu werden, dass er in den Bars von Havanna den Hut herumgehen lassen musste, und in einigen wurde er gar vor die Tür gesetzt, so spielte er für Touristen auf dem Malecon".

Laut Acosta war Benny etwas weltfremd, etwas durchaus Übliches unter Musikschaffenden. Benny lebte für die Musik. Es regnete Engagementverträge, der angesagte Sänger wurde dauernd verlangt. Bälle, Karnevals, Feste. Bei der Uraufführung von "El Solar" (1959) im prunkvollen Kabarett Montmartre verschlief er vor geistiger und körperlicher Erschöpfung seinen Auftritt und liess das Publikum warten, Benny – genau wie Perez Prado – schliefen überall ein, sogar beim Essen.

"Ich war ein glücklicher Mensch. Sang mein Programm wie es mir gefiel. Ich ging zu den Bällen mit meinem Orchester. Niemand trieb mich an, keiner schimpfte auf die Uhr zeigend und verlangte Einhaltung. Der Tag hat 24 Stunden, ich schlief keine einzige, ich weiss nicht, wie das ging. Probe um zehn Uhr morgens, eine Fernsehshow am Nachmittag, abends ein Auftritt im Theater und zum Schluss zwei Aufführungen im Kabarett nachts. Auf dem Rückweg ist es bereits Tag. Mitten auf der Strasse muss ich stehenbleiben um nicht schlaftrunken in den Strassengraben zu fallen. Eines Nachts merkte ich wie sich mir der Blick verschleierte und ich konnte nicht mehr sehen. Ich musste einhalten und zehn Minuten schlafen. So konnte ich dann nach Hause gelangen. Am nächsten Morgen kamen sie mich abholen um aufzunehmen und so wieder das Gleiche, so war das."

Angewohnheiten von Benny
Benny ging fischen, speziell mit Netz und Käscher. Er war ein grosser Fan von Baseball und Domino, erzählte gern Geschichten von alten schwarzafrikanischen Sklaven. Er ass gern Eier im Glas mit viel Knoblauch, Salz und Öl um den Alkohol zu verdauen, wie mir Odalys Fuentes berichtete. Er war kein Freund von Bier, bevorzugte Rum Peralta oder Metusalen, trank viel Kaffee und rauchte. Er hielt nicht viel von Etikette, lief in Hemdsärmeln herum und oft legte er sich mit nacktem Oberkörper auf den Fussboden, um sich zu erfrischen, vor Besuchern oder um ein Arrangement zu diktieren. Wir wissen auch, dass er eine kleine Parzelle Land hatte auf der er Schweine und Hühner hielt denen er die Namen von Künstlern gab.


Benny Moré

Video: "Batanga Nr. 2"
Video: Bennys Hits