Bebo Valdés en La Habana

El 29 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano presentó a toda gala el documental Old Man Bebo, todo un acontecimiento cultural en este fin de año triunfal en Cuba.

El documental dirigido por Carlos Carcas, producido por el cineasta Fernando Trueba y la ESGAE de España; fue presentado en el cine La Rampa por Chucho Valdés y César Portillo de la Luz. En el cine se dio cita toda la familia de Bebo en La Habana y los músicos de la vieja guardia, de aquellos tiempos de la década de 1950, cuando Bebo brillaba en la orquesta del cabaret Tropicana, de la orquesta Sabor de Cuba y del ritmo Batanga.

El hijo de Bebo, Chucho Valdés expresó el orgullo de estar presente en esta presentación del documental de su padre, también su maestro, su guía y su mejor recuerdo. “En Cuba mi padre fue uno de los grandes en la interpretación pianística, en las orquestaciones, descargas y composiciones, es un músico como pocos”.

Bebo nació en Quivicán, un pueblo de La Habana, que debiera tener el record Guinness de más Premios Grammy, entre Chucho y Bebo, entre nominaciones y Premio Grammy andan por la suma de treinta.
El documental realizado a “toda leche”, en Quivicán, Suecia, La Habana, Nueva York, cuenta con entrevistas de familiares, músicos y especialistas como Paquito D´ Rivera, César Portillo de la Luz, Leonardo Acosta. Nos enteramos por los testimoniantes que al Bebo le llaman “El Caballón”, “un músico cómodo –indica Leonardo Acosta- y “agresivo” –agrega Cachao.
Bebo es uno de los viejos músicos cubanos de una generación que ya se va extinguiendo, junto a Israel López (Cachao), hacen el dúo de músicos más famosos de Cuba en el exterior. Dominaron en Cuba en una era de luces y colores, cuando los ritmos y las orquestas y conjuntos reinaban en toda América.

Bebo es uno de los músicos cubanos de más intensa y rica trayectoria musical en Cuba. Desde 1945, desistió de tocar el piano con Machito and the Afrocuban, en Nueva York y sustituyó a René Hernández en la orquesta de Julio Cueva.
Estuvo vinculado al movimiento de la canción Feeling de la década de 1940; de 1948 hasta 1957 toca el piano y arregla en la orquesta del cabaret Tropicana, la mejor jazz band de ese tiempo; en 1952 (hace 55 años) presenta su ritmo Batanga en la RHC Cadena Azul y crea la primera descarga cubana Con poco coco.

Después de 1960 emprende una peregrinación que comienza por México, acompañando a los cantantes chilenos Lucho Gatica y Monna Bell. En California trabaja con el cantante Miguelito Valdés, más tarde en España hace una gira con la orquesta Lecuona Cuban Boys.
En 1963 establece residencia en Suecia donde se casa y desaparece de la escena musical, en un país donde Bebo nada tenía que hacer, donde no existe el más mínimo clima musical. En 1983 se retira, sabiendo que ya nada tenía que hacer en la música. Hasta que en 1994 (antes que el fenómeno del Buena Vista Social Club) es rescatado por Paquito D´ Rivera con la grabación del disco Bebo ride again, con la firma Mesidor.
En el 2000 se estrena el documental de Fernando Trueba: Calle 54, con una constelación de estrellas del Latin Jazz, donde Bebo toca con su hijo La Comparsa de Ernesto Lecuona.
En el 2002 Trueba aprovecha la trilogía de Patato Valdés –recientemente fallecido- con Israel López (Cachao) y Bebo Valdés graban el disco El arte del sabor, nominado al Grammy Latino.

En el 2003 Bebo graba en Madrid con Diego (El Cigala), el disco Lágrimas negras, Mejor Álbum del Año, elegido por Ben Rattlif del New York Times. También aparecen los discos Bebo Rides Again (Bebo cabalga de nuevo) y Suite cubana, (con ritmos de mambo, guajira-montuno, guaracha, son, bembé) escrita del 1992 al 1997 en Estocolmo, mientras que en Cuba restallaba el Boom de la salsa cubana.

El documental comienza con declaraciones de Bebo en las que dice “Cuando muera quiero que lo celebren con chocolate y borracheras de ron cubano. Nacer o morir es lo mismo.”; palabras parecidas a la canción de Joan Manuel Serrat, Pueblo blanco, donde dice que “Nacer o morir es in diferente”.

Aconsejo ver este documental Old Man Bebo, una obra que merece dejarla para la historia de la música cubana y del latin jazz.