Los Van Van (foto actual)

Crónica por Los Van Van

Los Van Van cumplieron 40 años, un verdadero acontecimiento musical, yo esperaba un mago concierto en la calle La Rampa, donde se estrenaron el 4 de diciembre en una gran fiesta popular, en los tiempos en que se inventaba cualquier pretexto para hacer un baile popular.

Pero, nada de eso, Los Van Van no aparecieron por ningún lado, ninguna fanfarria, ningún concierto, ninguna fiesta grande como amerita la fecha. Algunos programas de televisión y de radio dedicaron su espacio a la orquesta salsera. En algunos casos con entrevistas a musicólogos y periodistas que jamás vieron a Los Van Van tocar en La Tropical.

Este año se conmemoraron varias fechas de importancia: 90 años del Rey de la muisca cubana Benny Moré, 70 de la Aragón, 100 de Barbarito Diez y 40 de Los Van Van. Me parece que eso daba para hacer un Festival Mundial de Salsa Benny Moré en La Habana, un Festival Mundial de Charanga con la Aragón y un Festival Latinoamericano con el danzón y Barbarito Diez.

Un DVD de Ian Padrón dedicado a Los Van Van, compite en el 31 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Acabo de llamar a Juan Formell y me dice que el día 9 de diciembre organiza un concierto con invitaciones a algunos de sus viejos integrantes. Incluirá a Omara Portuondo, amiga de los años.

A Formell no le gusta el figurao, no le gusta la fanfarria, no le gustan las entrevistas, es un artista muy recogido. Comenzó simplemente por amor a la música, estudiaba como un condenado, su objetivo era simplemente tocar la música, aprender la guitarra y descargar rock and roll y canciones cubanas.

En Ningún momento Formell pensó en tocar en una charanga, no pensó que tendría su propia orquesta que duraría 40 años, no pensó en honores ni premios, no pensó que inventaría un ritmo como el songo, que inventaría crónicas musicales, que garbaría más de 25 discos, que alcanzaría en 1999 un Grammy en salsa, que le daría la vuelta al mundo a través de cinco continentes, que sofocaría a los rascacielos de Nueva York y a los mejores teatros y festivales de jazz y de salsa.

La música es así, uno nunca sabe hasta dónde llegará, los griegos de la antigüedad decían que el arte comienza como una llamita pequeña y va dando un giro inesperado, impredecible, que no se sabe hasta dónde va a llegar, pudiendo encender una verdadera revolución.

Por eso en la música el mejor papel que se puede hacer es contemplarla, disfrutarla y tratar de comprenderla, cuando se pueda. Cuando no se pueda, es mejor dejarla pasar. “Toda renovación es buena –decía Alejo Carpentier- a consecuencia de que no arroje oscuridad”.

Los Van Van no arrojaron oscuridad, dieron luz y alegría, qué más se puede pedir. Ellos llevaron la música al alma de su pueblo, para que la gente sea más feliz. Recordando siempre que hay dos músicas: la música útil y la música inútil. La útil es la que da alegría y vida, la inútil es la mentirosa, la que no dice ni fí, ni fú, como me alerta Portillo de la Luz.

Alabanza para Juan Formell y Los Van Van, para todos los que desfilaron por esa orquesta que son muchos: Cesar Pedroso (Pupy), José Luis Quintana (Changuito), Angelito Bonne, El Lele, Armandito Cuervo, Joel Drick, el Yulo, Hugo, Lázaro Morúa, Mundo, Mayito, Robertón, Lelito hijo, Jenny.



Los Van Van se presentan el 6 de marzo en Zürich (Volkshaus) en un concierto exlusivo en Suiza.