Juan Formell

Cumpleaños de Formell

Juan Formell, el rey de la salsa cubana, cumplió 66 años el 2 de agosto. La vida comienza a los 60, dice un viejo refrán. De esos 66 años de Juanito, lleva más de medio siglo tocando música para alegrarse la vida y para divertir a todos los que lo han escuchado o bailaron con su música sabrosa. Antes de cumplir sus 66 me lo encontré con el director de la más famosa orquesta de salsa del mundo.

Formell, cómo acostumbras celebrar tus cumpleaños?
Cuando no estoy en la carretera, preparo comidas especiales, como el arroz frito, uno de mis platos favoritos. Me gustan las frituras, como buen cubano, y los potajes de garbanzo, igual que Portillo de la Luz.

Vamos a transportarnos en el tiempo, hasta tu niñez, cómo te celebraban los cumpleaños?Honestamente, éramos muy humildes, mi papá hacía arreglos musicales, tocaba en bandas, cuando aquella década de 1940, la brisa estaba dura (el dinero no era fácil de conseguir); pero mi padre se las arreglaba para que no me faltara un par de patines, o cosas así.

Cuándo pediste una guitarra?Te diré que, en la primera etapa, en la adolescencia, no había interés de parte de mi padre para que yo me dedicara a la música. El sabía los sinsabores que se atraviesan en este largo y tortuoso camino –como dicen Los Beatles.

Entonces, cuándo llega la música en firme?
Cuando aparece la crisis política de la segunda mitad de la década de 1950, hay problemas en el bachillerato de la escuela en El Vedado. Hablé con mi papá y entonces accedió. Me sugirió que echara manos al instrumento del bajo, que es el que guía la agrupación musical, te sientes el dueño de la situación.

Cuándo comenzaste, en tu juventud, no imaginabas que te mantuvieras tantos años en la música, con tantas responsabilidades?
En la música uno se mete y no sabe hasta dónde va a llegar. Yo no sabía que iba a ser un triunfador, de no haberlo sido, me hubiera dedicado a otra cosa, quizás a lo mismo que mi padre: orquestador, productor. Pero, ya ves, la música es impredecible.

Cuándo te das cuenta de que el público te respondía?
Cuando estaba con la orquesta Revé, en la etapa de 1967-1969, con el “changuí-shake”, que fue una explosión. Ese es el motivo por el cual, al final me separo de la orquesta de Revé, para hacer lo mío, responsabilizarme con mis asuntos musicales, con mis proyectos y mis ideas. Ya sabía que podía emprender la larga marcha de hacer música para los grandes públicos.

Cómo eran aquellos tiempos de euforia popular con la orquesta de Los Van Van?
En realidad, cuando uno empieza, y triunfa, no se detiene nunca a meditar, más bien, uno se entrega a la creación, a ver cómo complace a los bailadores, a ver cómo uno se mantiene en el “Hit Parade” y eso no es cosa fácil. A partir de entonces, ya eres un esclavo de la creación de un público que espera por ti nuevos temas.

Tu hijo entró en la música y en tu orquesta sin tantas tensiones, como fue el caso tuyo?
Cierto, cuando mi hijo entró en Los Van van, ya la orquesta estaba en la cima; pero, el también tuvo que crecerse en los estudios, en las ejecuciones. De lo contrario no pudiera tocar como lo hace hoy día. Mi apoyo no le sirve de nada, lo que uno no pueda hacer con su talento, no lo llena nadie. En Los Van Van la superación es constante, no olvidemos que la orquesta tiene una exigencia que no la tienen otras. El público pide constantemente éxitos tras éxitos y eso cuesta mucho esfuerzo. El triunfo corona los esfuerzos, pero, cómo hay que luchar.

Me imagino que pasaste muchos cumpleaños, montado en ómnibus, aviones o en hoteles?
Son más de cincuenta años de horas de vuelo, y ya ves, estamos como el primer día: luchando por dar toda la alegría que se pueda dar al público cubano y a públicos de otros países que también merecen lo mejor de la música cubana.