Feliz Cumpleaños! Juan Formell

El Rey de la Salsa, Juan Formell, cumplió 67 años, dice que “la vida comienza a los 60”. Celebró su onomástico, como siempre, entre amigos, músicos, periodistas y visitantes extranjeros que siempre aparecen. No puede faltar Julio Bidopia que fue el que bautizó la orquesta el 4 de diciembre de 1969 y José Luis Cortés, iniciador de la charanga y amigo fuerte de Juan.

Formell gusta de hacer una comida típica de Cuba: arroz frito (inventado en la Plaza del Vapor por chinos emigrantes). Se especializó desde aquellos tiempos en que vivía con su primera esposa Naty, bailarina del Club Barbarán, donde tocaba Juanito.

“Juanito en aquel entonces –antes de empezar con la Revé-, en 1967, cocinaba muy bien; no sé dónde aprendió a cocinar. Es especialista en arroz frito, garbanzos a la española, y enfermo a las mariquitas de plátano. Cuando aquello vivíamos detrás de la emisora radio Progreso, el estaba enamorado como un chivo”.
En la recepción del Premio Honoris Causa, conversaba con Formell, Bidopia, el Francisco (hermano de Juanito) sobre aquellas fondas de chinos que destilaban un olor inolvidable. “Yo recuerdo –memoriza Formell-, que los chinos hacían unos frijoles negros que nunca he encontrado en los muchos países que he visitado. Las frituras de los chinos eran inolvidables, todo era fabuloso”.

Leo Brouwer declaró: “Siento mucho orgullo felicitar a un músico que ha dado tanta alegría al pueblo bailador, una referencia de la música popular cubana del siglo XX y del XXI”.
Por su parte, Chucho Valdés expuso que “Juan Formell aporta una Revolución musical al baile cubano, en la estructura, el formato; cambió todo para bien. Es un ejemplo para los músicos que vienen. Su música es culta, clásica, erudita y muy seria; porque se trata de la música popular del pueblo y eso es lo verdaderamente culto. Un legado para la historia de la cultura musical cubana”.

Haciendo un recuento de los años vividos, Formell siempre recuerda aquellos primeros momentos en que buscaba un lugar bajo el sol. “Tuve que irme a los bares de la Playa de Marianao, zona de cabaretuchos, bares y academias de baile. Yo, con mi bajo al hombro, me uní con un piquetico de sones de jóvenes. Ese fue un oficio que me ayudó mucho en el encuadre de la clave, en la forma de tocar el bajo “cerrado” “continuo”, que se mantuviera como un martillo repetitivo, ostinato”.
Formell pasó por etapas difíciles, el cambio social de 1959, lo dejó un poco en el aire, en búsqueda de un lugar donde tocar. “Por suerte encontré una plaza fija en la Banda de Música”.

Después, otro momento difícil, fue la etapa en que se quedó nuevamente sin trabajo en 1966, en el cabaret Caribe del Hotel Habana Libre, cuando los cabaret cerraron sus puertas en una etapa enteneblecida. “Entonces es cuando aparece Elio revé proponiéndome integrarme a la charanga, un formato que no conocía y que no me interesaba. Estaba acostumbrado a combos, jazz band, algo más moderno. Pero uno entra a un camino y nunca sabe a dónde va a parar; cuando uno se pierde, a veces es cuando encuentra su verdadero camino. Parece que el destino te tiene organizado tu camino, tu porvenir”.

Cuando Formell se separa de la Revé, comenzó otra saga terrible, conflictos gordos con el guantanamero que se endiablaba cuando alguien abandonaba su orquesta. “Entonces vinieron diatribas, problemas, chismes. Yo no estaba preparado para esas batallas, soy un hombre de la música y lo demás no me interesa. Al fin logramos resolver algunos instrumentos, una plantilla apoyados por Julio Bidopia que, en aquellos días era el Director de la Dirección de Música del Consejo Nacional de Cultura.

“Aquella separación de Formell de la Revé –confiesa Bidopia- no fue asunto fácil, estaban en la cima de la popularidad con el Changuí-Shake. Por otra parte, los instrumentos musicales, especialmente los electrónicos estaban muy difícil de conseguir. El bajo se trajo de Panamá, después Juan Formell viajó a Japón y trajo otros instrumentos”.

El director de Los Dada, Raúl Pastora, me contaba que Formell lo visitó a su casa. “Me dijo, muy humildemente –Tú no sabes quién yo soy, pero voy a estrenar una nueva orquesta y quisiera que me prestaras algunos bafles de audio-. Le dije a Formell, entra al cuarto y coge lo que necesites. Total que más adelante ellos fueron los que me prestaron muchos bafles para mis presentaciones con Los Dada”. Total que Juan Formell se ha mantenido en la batalla durante todos estos años, más de cinco décadas luchando contra viento y marea, contra todos los pronósticos como dice un disco de manolito Simonet.

Miles de bailes ha tenido que tocar Formell, muchas horas de carretera y muchas horas de vuelo. Carretera cuando los ómnibus eran destartalados, cuando los albergues eran con baños sin techo, cuando no existía apenas audio.

Así, con todos esos avatares Formell emprendió su carrera por la cultura de su país, para simplemente dar alegría. Y ¿qué cosa es la alegría? Es la sal de la vida y de los pueblos, es lo que hace a los hombres seguir el camino hacia adelante.
Por eso en días como hoy, felicitamos a Juan Formell y a todos lo que dan alegría a los pueblos, la medicina que tanto necesita hoy el mundo en crisis; quizás con un poco de alegría y comprensión, pudiéramos salir adelante en este momento especial.

Juan Formell nació en La Habana, el 2 de agosto de 1942.