El 27 Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana, fue una verdadera fiesta de música. Contó con la presencia de Gonzalito Rubalcaba, un verdadero suceso de la pianística internacional
que ha dejado al público como si asistiera a una auténtica Revolución Musical, Su visita ha sido el acontecimiento cultural más resonante del fin de año en Cuba.
Al Festival que se realizó entre el 15 y 18 de diciembre también asistieron otras figuras de renombre: Arturo O´Farrill (USA), Will Calhoun (USA),Kash Killion (USA), Laberinto del Caos (México), Neil Leonard de la Berklee Caulty Jazz, Naad Braahan (India), Mateuz Kolakowsky (Polonia), Hermanos Nori (Japón), Trío Triple Ace (Austria).
Cuba presentó una completa representación de intérpretes y bandas: Roberto Fonseca, Rolando Luna Aldo López Gavilán, Yasek Manzano, Julito Padrón, César López, la familia López-Nussa, Bobby Carcassés, José Luis Cortés con NG La Banda, Habana D´Primera, Frank Fernández, Joaquín Betancourt y su Jazz Band.
Este año el Festival estuvo dedicado a la música sinfónica de tradiciones de concierto, tomando en cuenta la interrelación que existió, desde la etapa de la colonia. Recordemos a H.C. Handy, Louis Moreau Gottschalk. En los tiempos modernos, muchos músicos de alto nivel sinfónico asumieron el jazz, hasta llegar a Los Beatles que lo fundieron todo.
Pero el festival fue más allá de lo sinfónico, también asumió el son, la salsa y la timba caliente con agrupaciones que cultivan esas músicas, por ejemplo Habana D´Primera, NG La Banda que se presenta con su Camerata de Flauta y que funde lo concertante con lo timbero de una manera verdaderamente singular.
Las instalaciones donde se ofrecieron conciertos fueron en cinco, café teatros, parqueo de Coppelia, Club La Zorra y el Cuervo, Jazz Café, Casa del Habano, Jardines del teatro Mella, Casa de la Cultura de Plaza y Plaza América de Varadero. Más de 300 turistas aficionados al jazz vinieron de muchos países. Se contó hasta con la Banda de Concierto que, desde lejanos tiempos difunde todo tipo de música.
No falta el Coloquio Internacional con clases magistrales por Gonzalito Rubalcaba, Arturo O´Farrill, Hernán López-Nussa, Darsy Fernández, Danilo Orozco. Conferencias, audiovisuales, intercambios de músicos, investigadores y especialistas de jazz. La clase de Gonzalito fue magistral, comprobamos el trabajo conceptual de un músico de enorme talento, de una disciplina sorprendente. “Creo en la disciplina, eso me da la conciencia y lo disfruto con mucho placer. Me preparo físicamente y mentalmente”.
Muy llamativo resultaron las descargas y tertulias que se efectuaban en el Jardín del teatro mella, entre conciertos, y al final de las veladas, en las que se reunían grandes de la música de Cuba y del mundo, junto a estudiantes de los conservatorios musicales. También las descargas que se rescataron en la Galería de Fotografía, con la presencia del artista Josef Koumbas y el productor Carlos Díaz (Hueso).
La Galería de Foto-Jazz se volvió a organizar, esta vez con una exposición de Josef Koumbas, un famoso artista europeo, residente en Cuba. La exposición de Koumbas es un puente fotográfico musical del Ronnie Scotts al Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana. Es un archivo de alto valor que Koumbas fue coleccionando desde su primer viaje a La Habana en 1990, en la memorable visita de Dizzy Gillespie y Carmen Mc Ray a La Habana, en los inicios del gran Boom de la salsa cubana, en el último encuentro en Cuba, con estas figuras inmortales.
La muestra la componen fotos inéditas hechas a Dizzy Gillespie, Carmen Mc Ray, Emiliano Salvador, Pérez Pérez (todos fallecidos), Chucho Valdés, César López, Orlando Valle “Maracas”, Bobby y Robertico Carcassés, Javier Gutiérrez “Caramelo”, Alexis Bosh, Carlos Salvador (hermano de Emiliano Salvador), y toda una constelación de estrellas del jazz.
Resumiendo algunas de las presentaciones más interesantes del festival hay que hablar del trabajo realizado por Ernán López-Nussa con Gastón Joya y Enrique Plá, reelaborando temas clásicos europeos y de Ernesto Lecuona con el jazz; incluyéndose un “sacrilegio” inspirado en Chopín con la voz de Kelvis Ochoa (hay que popularizar lo clásico).
Bobby Carcassés organizó una banda de jóvenes y veteranos para hacer un concierto distinto. También Joaquín Betancourt deslumbró en la clausura con su Jazz Band. Frank Fernández demostró que puede hacerlo todo y hacerlo bien en la música.
Gonzalito Rubalcaba, después de diez años sin presentarse en Cuba era el plato fuerte, lo más esperado del festival. Se trata de uno de los grandes de la pianística, con 14 discos grabados, 15 nominaciones y cinco premios Grammy, en solo 48 años de vida.
Gonzalito es como un ecumenismo musical, una especie de síntesis de sus estudios en Cuba, sus experimentaciones, su talento natural y los proyectos con muchos de los pianistas más famosos del mundo del jazz moderno. En el teatro Mella presentó la música de su último disco Siglo XXI, un recuento de su trabajo musical. Ya dejó atrás aquel concepto de virtuosismo vinculado a la velocidad, a la rapidez, a la ansiedad por el “notismo” (muchas notas) para impresionar en los primeros quince minutos. Busca ahora la calidad del sonido, el uso integral de su instrumento, el manejo de la dinámica, el estudio del balance, del sonido, en la estructura musical, el trabajo de ensamble con los demás músicos.
El pianista habanero, en sus ejecuciones, muestra una madurez, interpreta sonoridades poco usuales en pianistas de jazz, dueño de un perfecto entrenamiento, sabe tocar con todas las posibilidades en las ideas armónicas, los colores, la dinámica; el verdadero “touché” del que hablan los europeos.
Harold López-Nussa me explicó al final del concierto: “Todos los estudiantes de música, intérpretes consagrados, maestros y diletantes del mundo, estaban atentos a las ejecuciones de Gonzalito. Es como una clase de música, una escuela. Es un maestro en la manera de abordar la música, el valor métrico, la dicción, la medida, tiene el conocimiento de un pianismo impresionante, de alto nivel. Más allá del virtuosismo profundo, es un creador de algo nuevo, un verdadero vanguardista que resume muchos años de música. Tiene un dominio general de la música mundial y conoce ampliamente la música popular, no estamos acostumbrados a escuchar cosas así; te deja sin palabras, está fuera de nivel, es un monstruo de la música mundial que siempre queremos escuchar para comprobar algo nuevo en la música. Nos tiene a todos tomados por el cuello”.
“Yo aplico el concepto de un “arte elástico”, me reveló -Gonzalito al final de su presentación-, me planteo programas muy ricos, mi trabajo internacional me dio una nueva visión, especialmente por la vía de Dizzy Gillespie. El escenario te dice dónde estás, siempre estoy en muchos proyectos de largo alcance con músicos de diversos estilos”.
Gonzalito ya reinició su vínculo con su país, “nunca he estado fuera de Cuba, soy parte de esta realidad. No soy un cubano que uso guayabera, pero mi raíz está en esta tierra. ¿Quién me dice que yo no nací en Maternidad de Línea, con una doctora cubana, que estudié en diversas escuelas de música cubana, que comí el arroz con frijoles negros, el cerdo asado, los plátanos fritos? Trabajo en el exterior, y pienso que de lejos todo lo ves más cerca, como decía Alejo Carpentier. Estoy a favor de la unificación de los cubanos, no podemos perder la conexión y el abrazo. Hay que establecer las comunicaciones, buscar lo que nos une y lo que nos diferencia. Espero que la política estadounidense entienda que debemos aprender a escuchar al otro, a entender otros puntos de vista”.