José Luis Cortés “El Tosco” (primer plano)

José Luis Cortés de cumpleaños

José Luis Cortés es el rey de la salsa cubana de la década de 1990. El 5 de octubre celebró su cumpleaños 60. El cantante Roberto Carlos dijo que la vida comienza a los 60. Cortés arribó a su cumpleaños con el orgullo de haber gestado el máximo Boom de la música cubana en el último medio siglo.

Tengo conocimientos de José Luis, desde que era un niño, conservo fotos de esa época de 1950, de cuando contaba con unos cuatro años; conocí a su familia materna, todos eran tocadores de tambores en un pueblo llamado La Salud en lo que antes era La Habana. La mamá de José Luis se llamaba Aída González Farramola, un buen día conoció a un músico charanguero de apellido Cortés, de un circo ambulante y se marchó hasta el barrio El Condado de Santa Clara.

Pasó mucha agua sobre los ríos de Cuba, en 1959 hubo un cambio social que permitió la creación de escuelas de arte, en una de esas escuelas se inscribió el niño de El Condado y llegó a convertirse en uno de los músicos más sonados de todo el país, algunos le pueden llamar “el nuevo Arsenio Rodríguez”, por la manera en que fundió los ritmos cubanos en la década de 1990.

Tengo conocimientos de José Luis, en la etapa en que comienza a tocar con la orquesta Los Van Van (1970), después desapareció un tiempo en el que estuvo cumpliendo su Servicio Militar. Nuevamente se integra a Los Van Van (Juan Formell le guardó su plantilla) y, aunque era un simple instrumentista de la flauta, participaba en los coros, en las composiciones y orquestaciones de la orquesta.

Un buen día de 1980 me dice que le interesaba trabajar con la banda más calificada musicalmente de Cuba, Los Irakere. Lo hace por asuntos económicos y como para probar su fuerza. El desafío era muy grande, debía cambiar la flauta por el saxofón y, para ello era necesario estudiar una decena de horas todos los días, con Chucho Valdés la cosa era distinta, se tocaban allí obras tremendas como la Misa negra, Irakere estaba metido en el circuito de festivales de jazz más fuertes de Europa y los EE.UU.
Todo este recorrido le dio a Cortes un entrenamiento, un oficio que necesitaría para sus planes futuros. Esos planes se concretan a partir de 1988 cuando conforma la banda Nueva Generación (después NG La Banda). Antes había estado experimentando con grabaciones de discos bien complicados en lo que hoy llamamos “fusión” (una música concertante y bailable). Pero eso no se concreta hasta que la banda sale a la calle, al polvo de los talleres y es cuando planean una “Gira por los Barrios de La Habana” (noviembre de 1989), ahí comenzó la cosa, entonces palparon en directo en contacto con los bailadores. Anteriormente habían tocado para cierto público conocedor de la música del jazz y en alguno que otro lugar lejos del bailador.

A partir de los carnavales de 1988, empezaron a tocar para un público muy exigente en lo concerniente a la música de éxtasis, de frenesí colectivo, de clima emocional. Para hacer esa música hay que estar envuelto dentro de una atmósfera de pueblo, con un conocimiento de los gustos de la gente, con un dominio amplio y preciso de los tumbaos, montunos, estribillos, coros, de las frases callejeras. Un público que obliga a tocar para bailar sabroso. Los músicos de escuela, muchas veces no están adiestrados en esa mecánica musical. Pero Cortés si conocía esa mecánica, esa carpintería (usando una palabra de Gabriel García Márquez), aprendida en Los Van Van, una orquesta hecha enteramente para el bailador, Juan Formell es un especialista en eso de hacer bailar a la gente, y José Luis había sido parte de ese trabajo.

Cesar Pedroso “Pupy” me contaba que en España Los Van Van no eran conocidos, estaba de moda el pop, pero José Luis se encargó de hacer tres temas muy novedosos y se pudieron ganar el público hispano. Uno de esos temas era el Pao, pao, una canción de moda en España. A su vez Chucho Valdés me cuenta que “El Tosco me ayudó mucho en mi trabajo con la banda Irakere, especialmente en el preludio de la timba moderna. Ponía en las presentaciones, energía, entusiasmo, fuerza. Inventaba coros, se le ocurría cualquier cosa, nació para la música, era como un camaleón en la orquesta. Dominaba la escena como nadie, tiene mucha gracia para comunicar, tiene la movida de Olofi. Le puse una tarea muy difícil con el saxofón, pero se superó como nadie”. (Chucho Valdés/Homenaje a Cortés en el Festival de Jazz Plaza 2008).

En fin, José Luis fue conformando una nueva música, nuevo concepto, timbre, sonido y estilo (son, guaracha, mambo, rumba, aderezado con el jazz y los ritmos caribeños), un verdadero funky a lo cubano.

A diferencia de otras explosiones de la música bailable, ocasionadas por Los Van Van, Irakere, La Monumental, La Ritmo oriental, Rumbavana, Los Reyes 73, Los Latinos, Son 14, La Revé, Dan Den; NG la Banda provoca un BOOM. ¿Qué es un boom de la música bailable?

Un Boom significa enrolar a cientos de músicos, decenas de bandas nuevas, cambio del concepto, de las instrumentaciones de formato. Un Boom implica una respuesta masiva del público bailador, de punta a punta de la Isla o el archipiélago. Un Boom significa lanzar una propuesta para el mundo. Este boom salsero y timbero llegó hasta la llamada Tierra Santa (Los Van Van invadieron en su Gira Mundial hasta esos remotos lugares). Muchos sitios europeos bautizaron sus espacios como Palacio de la salsa, a imagen y semejanza del instaurado en el hotel Habana Riviera en La Habana.

Desde Europa llamaban los fines de semana los extranjeros para saber quién iba a tocar en los salones habaneros. Algunos cabarets de hoteles obtenían el 25 % de lo que recaudaba el propio hotel con el hospedaje.

En Cuba se instalaron nuevas disqueras, algunas del exterior, que lograron –contra el bloqueo- colocar la música cubana dentro del circuito de la industria de la música. Recordemos que Cuba había sido excluida desde la década de 1960 en el mundo musical. Pero un Boom es inaguantable, la música es muy perseverante, salta fronteras, desobedece geografías, sin pasaportes. Bloquearla es inútil, el tiempo lo ha demostrado.

En todo este fenómeno estuvo José Luis dentro del vórtice del gran Boom, en el Team Cuba, en El Son más Largo del Mundo (Record Guinness) 1997.
Toda la música que se hace hoy día está marcada con la salsa y la timba cubana, de ella no podrán salir nunca, porque el Boom de la música cubana de 1990 se adueñó de los tumbaos, montunos, estribillos, coros pegajosos, sabrosos y alegres de la Cuba musical.
Felicito a José Luis Cortés por su trabajo, seguramente que, en este cumpleaños se siente a meditar sus nuevos planes, él puede hacer muchas cosas nuevas, no siempre hay que estar en el candelero de la moda. Los Matamoros que tuvieron una explosión de popularidad en la década de 1920, en los finales de la década de 1930 conformaron otro formato musical, experimentaron, buscaron nuevos caminos. Jorrín puso trompeta y violines electrónicos en 1956, en ese mismo año la Orquesta Sensación, adicionó metales a la charanga, Revé y Formell también hicieron variaciones en la charanga. Adalberto Álvarez y Manolito Simonet hicieron aportes en los conjuntos. Todo se puede hacer en la música cubana tan bondadosa en eso de los cambios de formatos y timbres.

Adelante NG La Banda, por ahí se comenta que muchos de sus integrantes quizás vuelvan a reunirse para hacer una gira internacional y volver a sacudir los festivales y salones del mundo.