La turbulenta vida de Joe Arroyo en Libro

El periodista Mauricio Silva exploró la vida del cantante colombiano en 'El centurión de la noche'.


El libro viene con un disco que incluye 16 éxitos y un álbum con más de 50 fotografías.

Su libro es una de las novedades de la XXI Feria del Libro. Estos son algunos fragmentos del capítulo 'Rebelión'.

El Joe nació en África. En una de las tantas áfricas de América. En esa África retinta, pícara, profunda, alegre, vaga y musical de la Colombia negra que se llama Nariño, que es un barrio de Cartagena donde se asentaron los palenqueros de San Basilio, que a su vez es un pueblito morado como la berenjena y abandonado como sólo puede ser abandonado un palenque en Colombia.

Allá nació el "afrocolombiano más bailado en la historia del país" -título nobiliario de hondo calado en una nación que idolatra el zapateo-. Allá arriba, en la versión más africana de Cartagena, entre el polvo, la escasez y el ruido, en una loma mísera donde a gritos aún se usa esa lengua criolla mezcla de español, portugués y bantú que desde hace cuatrocientos años salpican los descendientes de los cimarrones que se liberaron de la esclavitud.

Allá, a pocos metros del mar Caribe, se formó Álvaro José Arroyo González, en esa villa prieta, una de las tantas áfricas de Colombia.

Al igual que la gran mayoría de seres humanos que hoy habitan el planeta, el Joe también fue concebido por la efectiva y letal mezcla de pobreza y deseo. El genio cartagenero es el resultado de una fantasía calurosa proyectada desde mediados de 1954, que es cuando empieza esta extraordinaria historia de música y pasión, y que tuvo en Ángela González a la negra elegida. ¡Santa mujer!

Precisamente fue la guapa morena -hoy en el reino de los cielos- quien alguna vez confesó que sin haber terminado su primaria decidió aportar dinero a su casa por lo cual se lanzó a la búsqueda de un trabajo cualquiera. Gracias a una recomendación encontró puesto como empleada de servicio en la residencia de un capitán de la Armada, ubicada en el barrio Bocagrande, por entonces un amplio terreno en proceso de construcción en el que apenas se alzaban algunas casas de cartageneros adinerados.

El día de su estreno laboral también fue el día de su debut en el uso del capote en el ruedo del acoso, gracias a que en esta casa también trabajaba Guillermo Arroyo, un albañil de 26 años que eventualmente se le medía a la jardinería y de tiempo completo al exigente oficio del coqueteo. El arrebato de Guillermo, un tipo casado y con dos hijos, fue incisivo e intenso por lo cual Ángela, a sus 20 años, tuvo que aprender a torear contra las tablas.

Un hecho
(...)En abril de 1955, la negra reveló el secreto amoroso en su casa, en ese entonces compuesta por la abuela, el papá, la mamá y las dos hermanas, y como era de esperarse se encontró con un coro: "Pero niña, si ese señor está casado". Demasiado tarde. Ángela no sólo ya había abierto su corazón sino todos los botones de su vestido y, físicamente, el Joe ya era un hecho.

(...) A las dos de la tarde del 1 de noviembre de 1955 Álvaro José Arroyo González llegó a este mundo. Así comenzó la más prolija y alucinante carrera musical que haya tenido un negro en Colombia.

Menos de un año después del histórico parto, vino el segundo hijo en la casa de los Arroyo y, en un tiempo similar, llegó el tercero.

Entonces, el popular Guillermo Arroyo, el Negro Chombo, abandonó su hogar y, según aseguró la propia Ángela en vida, a lo largo y ancho del territorio nacional, incluida la isla de San Andrés donde aún vive, concibió a otros 37 peladitos.

Ángela, por su parte, cambió de trabajo y se dedicó al oficio doméstico en los hoteles de la playa de Marbella. El Joe se crió con su abuela materna, doña Ana Chávez y, como en cualquier barrio pobre, la calle fue su más fiel compañera.

Allá en Nariño, en esa Africa colombiana, se forjó el mito del niño tocado por Dios en la garganta, del adolescente profesional que cantó en prostíbulos, del empírico que fue música en sí mismo, de la voz más influyente de la música tropical colombiana en el siglo XX, de la fuente de frescura y alegría, del inventor de un estilo, del revolucionario, del arqueólogo folclórico, de la prueba fehaciente de África en América, de la voz en cuarenta y siete álbumes, del prolijo autor de más de cien canciones, del creador de más de cuarenta éxitos que lograron el primer lugar en diferentes listas del país, del dueño de más recopilaciones musicales en la historia del disco colombiano, del ídolo de las masas, del coqueto, del macho sometido por las hembras, del necio, del vampiro que vive de noche y duerme de día, del buen tipo, del bazuquero irremediable, del solitario, del genio, del eterno, del negro que se sublevó y ganó.

Que no quede duda: el Joe es la rebelión.
"Es la voz más influyente de la música tropical colombiana en el siglo XX. Autor de más de cien canciones y de 40 éxitos".
Mauricio Silva, sobre Joe Arroyo.

MAURICIO SILVA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO



http://www.eltiempo.com