Manolín, el Médico de la salsa fue operado de un terigiio (carnosidad) en la vista, en el Hospital Camilo Cienfuegos de La Habana. El rey de la salsa cubana, después de once años de ausencia, vino de visita a Cuba, para ver a su familia, encontrarse con sus amigos y con su querida patria que nunca abandona.
A su llegada le hice una entrevista exclusiva para salsa.ch, pero la prisa no me permitió intimar con el cantante para que me contara los secretos de su mecánica musical (su concepto técnico y estratégico empleado en el estallido del Boom de la salsa cubana de 1994). Ahora, en la tranquilidad de la vivienda de su madre Fefita (cantante), la guarachera del Guaso, conversamos de lo humano y lo divino, sin que pudiera importunar ni siquiera las llamadas telefónicas. Manolín es muy bueno para las entrevistas, muy pragmático, médico al fin, es muy directo y natural. Su persona es sencilla, como su música y como toda su familia.
Manolín, en la gira por la zona oriental, en 1996, te pregunté cómo lograbas que tus metales sonaran distinto a “los metales del terror” de NG La Banda, de donde partiste en tus conceptos. Ahora quiero que me expliques la mecánica, (“la carpintería”, como le dice Gabriel García Márquez a la técnica de sus novelas) que empleaste en tu trabajo cancionístico
Mira, yo tengo mi mecánica, como decía en una de mis canciones, que aplico en las letras dentro de un ritmo en clave orientado hacia los mambos y los tumbaos cubanos, pero a la moderna. Yo cuento con mi orquestador que es el pianista Luis Bú, lo guío en todo (como hacía Benny Moré, salvando las distancias). En una ocasión le indiqué a Luis que arreglara dos temas, con los conceptos armónicos al revés de lo que él había hecho. De momento él no entendió mis señalamientos, pero después, una vez escuchados los números, se dio cuenta que el cambio era atinado. Se asombró de mis indicaciones, me preguntó cómo yo me pude dar cuenta de eso y le expliqué que el arreglo musical tiene que concadenarse con la “dramaturgia” del texto de la canción. Cada canción tiene una historia que debe ir acompañada de su respectiva sonoridad, ahí está el secreto. Aunque lo importante no es solamente darse cuenta, sino hacerlo como es debido, esa es la cosa. Yo tengo mis conceptos y mis ideas muy claras, mi manera de ver las cosas, lo mío es mío, yo lo concibo y elijo todo: los mambos, la introducción de los tumbaos, me meto en todo. Aunque no soy un músico escolar, pero yo lo siento, eso te va por dentro, en tu intuición musical.
Ese ha sido tu concepto siempre?
Yo Claro, no olvidemos que cada hombre lleva su traje a su medida, su ADN diferente, esa es la magia de la vida; en la diversidad está la belleza. Yo mismo soy un hombre mestizo, con tremenda diversidad. Eso se cumple en los arreglos musicales, atendiendo a la temática que se trate en la historia de la canción. Si es algo dramático, si es alegre, jaranero. Hay que dar el ambiente, el clima emocional. Cada cosa tiene su cosa. Muchos cantantes cantan una canción luctuosa –como fue el caso de la composición ″Guerrero″, que Pablo Milanés dedica a un viejo amigo fallecido. Esa canción la tienes que cantar con cierto respeto, con un toque de tristeza; sin embargo, hay muchos cantantes que se han atrevido a cantarla como si fuera algo alegre, eso rompe con la dramaturgia.
Pero en Cuba, yo observaba que Luis Bú no era el único artífice de las orquestaciones de Manolín
Luis Bú siempre estuvo presente, con el apoyo del Chaka en los tumbaos del teclado, Nápole en el bajo, Los hermanos Pututi en la percusión, chicos muy jóvenes llenos de ideas y de vida. En los metales Jean Valdés, de la dinastía de Chucho Valdés. Ahora trabajo también con el bajista Joel Domínguez que es un talento fuerte en el bajo, procede de la banda de Paulo FG.
Pasemos a tus composiciones y tus discos
Yo sigo produciendo canciones, me mantengo creativo, como siempre, mis inspiraciones yo las llevo conmigo, ahora este viaje a Cuba me inyecta de nuevos temas. La última entrega será el disco ″Tiene que ser Manolín″: Eso que te desordena/ eso que no tiene fin/ y que te corre por las venas,/ tiene que ser Manolín/. Te contaré que todavía le aporto muchos coros a agrupaciones cubanas como la Charanga Habanera que me los encuentro por el mundo. No te olvides que la canción ″El Temba″, fue de mi creación, a dos manos con David Calzado. A Los Cuatro, reyes del reguetón, les aporto algunas de las frases que utilizan.
Me dices que ya has rescatado tus giras musicales
Tengo ocupado la agenda de conciertos hasta agosto en Europa, en México estoy conectado con Televisa, ofreceré diez conciertos por diversas ciudades.
Siempre fuiste defensor de un puente de amistad y cultura entre los cubanos de la Florida y Cuba?
Eso lo he hecho de buena voluntad, pero, algunos no lo entendieron así. Silvio, Pablo y muchos funcionarios hablan siempre de ese puente amistoso con los de la Casa de las Américas de Miami, con los integrantes de las Brigadas José Martí y Antonio Maceo. Son amigos de Cuba y hay que tratarlos con respeto. Yo no sólo tengo amigos (positivos) en Miami, también tengo una hija y un hermano que canta en mi orquesta.
Después de tus declaraciones por la prensa, ten has sentido asediado en la Florida?
Yo siempre he sido sincero, me enseñaron así y soy así, sigo siempre con mis ideas, con mis principios, yo soy un tipo leal, no sé traicionar, nadie me compra. Sigo en Miami haciendo lo mío. Sabes que Miami ya no es el mismo que conociste en el 2000, en el siglo pasado. Carlos Varela estuvo allí y me dijo: “Este es otro Miami”, ya ha cambiado mucho en este último decenio, han llegado mucha gente nueva de Cuba y de otros países y las cosas han cambiado. Yo en Miami puse a la gente a pensar, a liberarse, soy muy atrevido. En una de mis canciones que fue tema de ″Pateando a la lata″, digo: “Por eso sigo palante/ por eso no hay quien me aguante/ y yo sigo guarachando niña/, por eso ponte para las cosas”.
Cómo compartes tu tiempo?
Vivo muy ligero de equipaje, como decía Joan Manuel Serrat. Estoy un tiempo en el DF de México, en Europa lo hago en Madrid, que tiene mucho que ver con nosotros los cubanos. En Miami me refugio en Key Biscayne, pero, te digo, Miami no es un lugar para mí, yo sigo siendo y soy de Cuba.
Miami nunca ha sido una ciudad gozadora como La Habana, sigue siendo tan aburrida?
No hay esa vida nocturna que siempre Cuba tuvo y que –a pesar de la crisis mundial y de los avatares- sigue siendo más alegre que Miami. Aquella es una ciudad de “producción y servicio”, el cash es lo que importa.
Hay algunas dudas con relación a tu oficio de médico, dime si es cierto, te consta que eres un médico cubano?
Yo estudié medicina en Cuba y soy graduado, como consta en mi título. Cuando yo estudiaba, en una ocasión me fui a un evento de béisbol, a mi llegada me dijeron que si no estudié que ni me presentara a la discusión de un caso muy difícil. Asistí y nadie levantaba la mano para explicar el caso tan complicado. Yo me paré y lo resolví, quedé aprobado, entonces mis compañeros comenzaron a tildarme de milagrero. Saqué a alguna gente de la tumba. Pero para ser un buen médico no se puede confiar en la intuición, hay que estudiar hasta reventarse y yo no estaba dispuesto a dar la vida por la medicina, si estaba dispuesto a hacerlo por la música; esa es la historia.
Tus padres nunca quisieron que dejaras la medicina y te dedicaras a la música?
En una ocasión les dije: yo nací para la música “Déjense de boberías, que yo voy a ser el que los salvará a ustedes”, y creo que en la música me ha ido mejor que como médico, ya tú ves…jajaja.
Por qué te operaste en Cuba y no en Miami?
Yo estudié en Cuba, conozco el alto nivel científico de mi país, esa son mi gente, sé lo que vale. La medicina afuera es comercializada, un fenómeno, una cabeza de caballo.
Es cierto que estás vivo de casualidad?
Bueno, cuando adolescente me cayó encima un trueno desde el cielo, y me salvé en tablitas, estoy predestinado ja ja ja.
Qué aspiras en este viaje de amor a Cuba?
Yo quiero correr la misma suerte de mi país y de mi gente, mi música nace de ellos.