Manolín y Pachito Alonso cantarán juntos en estos días en La Habana

Manolín se queda en Cuba

La noticia musical del año en Cuba es el regreso definitivo de Manuel González Hernández (Manolín, “El Médico de la Salsa”) a su país, según informaciones aparecidas en su Faceboock: "Dedicaré todo cuanto me queda de vida a hacer música, para mi país y para el mundo, pero desde mi país".

El Rey de la salsa cubana llevaba tiempo expresando su deseo de volver a la Isla, recientemente me habían asegurado que ya le habían entregado el “Carnet de Identidad” (documento que le permite residir permanentemente en su propio país).

El cantante de la salsa bonita prefiere cantarle a sus pariguales cubanos en la Isla, “ayudando a salir adelante a mis compatriotas. Eso me gratifica más que estar paseando un Mercedes Benz, en una ciudad como Miami, carros para allá, carros para allá”.

En una entrevista con los lectores de DIARIO DE CUBA en 2011 había dicho: "estoy dispuesto a volver a vivir en mi país, bajo cualquier circunstancia". Esta semana dio a conocer que está de vuelta en Cuba y que dará su concierto "de reencuentro" el próximo 9 de noviembre, en el centro habanero La Cecilia, junto a Pachito Alonso. "Para mi estar en Cuba es como recuperar a la mujer de mi vida (…) es como recuperar a esa persona que te hace feliz, no importa si está linda o si está fea, el punto es que te hace feliz", dijo Manolín en su cuenta en Facebook. No explicó cómo fueron las negociaciones con el gobierno cubano para conseguir la "repatriación" y cuál será su relación con el Ministerio de Cultura y los medios de comunicación de la Isla.

El Médico de la Salsa, de 48 años, abandonó Cuba a principios de la década pasada, después de que las autoridades prohibieran su canción El Puente ("Voy a hacer un puente / Un puente de mangas largas/ Pa' que la gente de la Habana venga / y la gente de Miami vaya").
Se estableció en Miami en 2001 y no volvió a poner un disco en el mercado hasta diez años después. En varias ocasiones se quejó de la escasa difusión de su música en esa ciudad. No obstante, ha asegurado tener una carrera próspera, con frecuentes presentaciones en otros países.
“En los Estados Unidos descubrí que no estaba de acuerdo con aquel modo de vida, con casi nada y protestaba por casi todo, y además, no era mi país", dijo en su Facebook el jueves.

“La felicidad no la encontré en ninguna otra parte, ni cuando tuve casi un millón de dólares en mi cuenta. Después de haber andado el mundo, ya nada me deslumbra. Lo he conocido todo, y ya no tengo ese bichito que te inquieta por conocer lo que no has conocido y por tener lo que no has tenido. Ya más bien estoy de vuelta y quiero dedicarle el resto de mi vida, a mi país y a mi gente".

Manolín se dedicó a hacer algunos comentarios de pasillo que sólo sirvieron para que le confundieran sus opiniones. “Me dí cuenta que yo nací para hacer música (…) Puedo dar alguna opinión como cualquier ser humano normal, pero hasta ahí, la política no es mi tema", dijo Manolín. La vida y la tierra es eterna, la cultura de un pueblo es eterna".

Manolín dejó en Miami su hija una adolescente que salió de Cuba con su mamá sobre el 2000. "Allí tengo amigos entrañables, un hermano, y gente muy querida, y tengo a lo más importante de mi vida, mi hija, que estudia y se desarrolla de maravilla".

Dijo no tener diatribas con Miami, “yo no me escondo, todo lo que tenía que decir de Miami, lo dije allí".
Además de su próximo concierto en La Cecilia, El Médico de la Salsa tiene previstos tres conciertos en Londres entre el 27 de noviembre y el 2 de diciembre; presentaciones en varias ciudades de Italia entre el 5 y el 10 de diciembre, y despedir el año en París.

La Cecilia es un Restaurante-cabaret, al lado del Coney Island, en el entorno de los cabaretuchos de la Playa de Marianao donde visitaba Marlon Brando a los percusionistas legendarios como el Chori, el son y la rumba espectacular.

Recuerdo la última presentación del salsero, a fines del milenio, en una velada de madrugada, donde los turistas y cubanos hacían filas (colas) para verlo a 30 dólares, una suma respetable en aquel entonces de crisis económica en el país.

Viajé como periodista en la gira de Manolín por Guantánamo –su ciudad natal- y Santiago de Cuba en 1996. Tuve el privilegio de verlo cantar para un estadio, el Guillermón Moncada, lleno totalmente, donde la gente parada, lo esperaba desde las 6 de la tarde hasta su llegada a las 10 de la noche.

A falta del audio necesario, el público le hacía un coro de más de 50 mil asistentes totalmente parados, bailando y coreando sus estribillos mágicos. En esa gira donó todo lo recaudado y 5 mil dólares para los Cuadernos de José Martí. También ayudó a muchos de sus músicos a comprarse su carrito para ir tirando.

En mi primera entrevista con Manolín, en el Palacio de la Salsa del Hotel Riviera, conversamos en la cafetería donde estaban sus familiares y amigos, todos invitados por el cantante. En esa entrevista me percaté de su inteligencia natural y conocimiento asombroso sobre la música bailable de su tiempo. Un verdadero teórico que siempre supo lo que quería.
“Cuando vi tocando a José Luis Cortés con NG La Banda solté mis libros de Medicina y dije: -Esto es lo mío-”.

NG la Banda resultó para el Médico un revulsivo en aquellos días bien difíciles, en los que Manolín buscaba un lugar bajo el sol.
A partir de 1992, Manolín comienza a cantar baladitas y José Luis Cortés le fue ofreciendo en NG La Banda, la oportunidad de insertar su primera canción Vuela Paloma, cantada por Mariano Mena. Finalmente Cortés le ofreció algunos instrumentos y el apoyo de la disquera Caribe Productions, del español Federico García y le dijo: “Ya puedes hacer tu propia banda Manolín”.

En 1994, funda su banda, estaban en la popularidad: NG La Banda, La Charanga Habanera y Paulo FG, además de los estándares como Los Van Van, Revé, Dan Den y Adalberto. “Mi objetivo fue, colocarme con algo nuevo entre toda esta gente, especialmente entre los dos líderes vocales: Isaac Delgado y Paulo FG, la tarea del indio”.
Para alcanzar lo inalcanzable Manolín simplemente colocó el primer hit:

Canciones y éxitos
Manolín grabó en Cuba tres discos: El primer éxito de Manolín fue en 1993 "Una aventura loca" (Se te ve en la carita que tu eres una loquita). Un toque de dulzura dentro de la agresividad salsera o timbera. En julio de 1995 otro cañonazo: "A pagar allá" (tema muy ingenioso, los cubanos cuando llaman dicen: “A pagar allá). En agosto, Si te vas conmigo, septiembre, A que me mantengo: (Te fuiste, y si te fuiste perdiste/ Y ahora soy el Rey/ y si te gusta bien y si no también). En diciembre remata con el hit del siglo: "La bola" (Porque hay que estar arriba de la bola/ arriba de la bola/). Después de estos éxitos del 95, todos fueron éxitos: La mitad de La Habana, Para mi gente, Te conozco mascarita, Me pasé de copas, Voy a mí, Que fina, Todo mi amor es para ella (dedicado a su mamá), El que esté que tumbe, Romeo y Julieta, Pegaíto, Yo tengo amigos. Somos lo que hay: (Somos lo que hay/ lo que se vende como pan caliente/ lo que prefiere y pide la gente/ lo que se agota en el mercado/ lo que se escucha en todos lados/ somos lo máximo…Y unos dicen que somos la paz/ otros dicen que somos la guerra/ ay mami dime lo que piensas tú/ y no te lleves por las malas lenguas). Esa es la salsa pensante o salsa inteligente, usando palabras de los trovadores. Cuando Gabriel García Márquez habla de Cuba, se refiere en esas mismas palabras que Manolín.

Manolín fue el último Boom de la salsa. Es el salsero más debatido y sorprendente por su manera abrupta y asombrosa en que se situó en la cima de los líderes salseros. Médico, conocedor del alma humana, rey del estribillo callejero (con mucho glamour), estudioso de la música bailable. Todo lo que tocaba lo convertía en oro. Colocó más de 30 hit (tres discos), uno detrás de otro, un fenómeno de popularidad, un mito de la salsa. Su secreto no está en el carisma, ni en la comunicación, sino en dotes especiales, la inteligencia y el ingenio creativo, ahí está el misterio.

Siempre fue un niño inquieto. Dio muchos dolores de cabeza a sus padres. A los catorce años se interesó por estudiar en la Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA) y se mantuvo un curso y medio.
En 1984 le dio por estudiar medicina, pero era un fanático a la música y el béisbol. Sacaba las notas por pura intuición.
“Pero la medicina no es intuición, hay que dar la vida por ella y yo no estaba dispuesto a eso, sino a dar la vida por la música”.
Finalmente el cantante se graduó, pero abandonó la Medicina y fue la catástrofe en el hogar.

El Médico de la salsa viene a reforzar la legión de músicos que se empeñan en dar alegría a los cubanos, para enfrentar la crisis mundial. Mientras la gente hace la guerra, los músicos cubanos hacen la paz con música salsa.

“Manolín es el salsero que llegó para quedarse, para muchos el mejor salsero, para mí, un compositor de pegada, y sobre todo un hombre con tremendo ángel, algo imprescindible para que se establezca la magia de la comunicación”. (JUAN FORMELL, 1997).