Tony y Maria en el film

Música cubana en la nueva versión del musical West Side Story

La música cubana se hace sentir nuevamente en Broadway, con la nueva versión de la película “West Side Story”, un drama versión insólita de la obra de William Shakespeare, en la lejana Inglaterra de 1595.

La batalla entre las pandillas de los Montesco y Los Capuleto, se trasladan al Manhattan de la década de 1960, entre los Sharks (inmigrantes puertorriqueños) y los Jets (delincuentes newyorkinos). Se cuentan dos líderes: Bernardo (George Chakiris), que vive con su hermana latina María y Natalie.

La obra estrenada en 1957 resultó un clásico moderno, imprescindible a la hora de hacer el recuento de los musicales. Obligada visión estremecedora que es un fresco de la inmigración (tan de moda ahora) y el racismo, con peleas callejeras de pandilleros, duras coreografías, nada perfectas, pero muy emotivas.

El musical fue llevado al Broadway, escrito para el teatro por Leonard Bernstein y Stephan Sondheim. En 1961 fue filmado y recibió 10 Oscars.
West Side Story no envejece, ahora, después de más de cuatro décadas de su estreno, es un verdadero acontecimiento musical internacional. Después de este estreno, apareció el musical francés “Las Señoritas de Rochefort”, que sin dudas se alimentó de esta modernidad del cine musical.

El largo film se alimenta con música prestada del mambo y el cha cha chá, tan de moda en los tiempos en que se estrenó por vez primera. “María”, el tema principal de la película, es un soberano cha cha chá. Por aquellos tiempos Pérez Prado –antecedente salsero- era el rey de la música mundial.
Nuevamente Cuba se inserta en la música newyorkina y mundial, con su fuerza rítmica y su leyenda aguda. Si Shakespeare renace y ve esta versión moderna de “Romeo y Julieta”, con la sabrosa música cubana, se sentiría muy contento, porque la salsa cubana, los excitantes ritmos cubanos, son superiores a las baladas isabelinas de 1595.