José Luis Cortés y Juan Formell (izq.)

NG celebró sus 25 años de éxitos



José Luis Cortés organizó una fiesta grande, una orgía musical, en el famoso Club Habana, en la antigua zona aristocrática del litoral capitalino. Al soberano homenaje asistieron los grandes de la salsa y la timba cubana, no podían faltar Juan y Samuelito Formell, Pedrito Calvo, César Pedroso “Pupy”, Elito Revé, Osdalgia (la nueva Lupe), el rockero David Torres, el humorista Robertico el millonario y muchos músicos y cantantes que participaron en el espectáculo por los 25 años de NG La Banda.

Como siempre José Luis organiza con los integrantes de su escuela de canto y de flauta, un show apoyado por su gran banda. Se integran al guateque otros cantantes y músicos de fama nacional. Siempre asisten invitados extranjeros: empresarios, cronistas, periodistas y turistas amantes de la música. NG La Banda fue la orquesta que inició en gran del Boom de la salsa cubana desde 1988, es en noviembre de 1989 cuando José Luis Cortés se decide a realizar una Gira por los Barrios Habaneros y ahí empezó la gran explosión musical cubana.

NG creó un nuevo concepto, estilo, sonido y timbre en la música bailable. Inventó el “Funky a lo cubano”, con la fusión del son, la guaracha, el mambo y la rumba; un coctel espectacular, una especie de potaje o ajiaco musical cubano. La patente, el fundamento le pertenece a José Luis Cortés; aunque en esa formación cooperaron cuatro jinetes de la apocalipsis, junto a José Luis Cortés: Juan Formell (Los Van Van), Elio Revé y su Charangón, Chucho Valdés (Irakere), Adalberto Álvarez (Son 14 y Adalberto y su Son).

Cortés, además de crear una nueva música, para muchos un nuevo ritmo, ya lo creo; inventó también una nueva manera de ofrecer la música como un espectáculo para los bailadores, sacó la música de los olvidados barrios habaneros, donde se creó la rumba y la conga cubana, escribió letras agresivas, disparadas irreverentemente mezcladas con la burla. José Luis es lo que en Cuba llamamos un “jodedor cubano”, un hombre que se divierte del surrealismo nacional, tan típico en los países caribeños, ese surrealismo que dejaba asombrado a los surrealistas franceses.

Cortés también dio los primeros pasos en lo que después se catalogó como rap nacional: Echale limón, El Rap de la muerta (un tipo de hip hop con puros estribillos) que, después Manolín el Médico de la Salsa llevó a categoría de mito y que, hoy día, los reguetoneros cubanos hacen maravillas muy ingeniosas con sus canciones. El Boom de la Salsa y la Timba iniciada por José Luis Cortés con NG La Banda propicia una cohorte de nuevos músicos, cantantes y agrupaciones que se integraron a la música bailable de la gozadera y dejaron los violines, las armonías y las obras europeos aprendidas en la alta escuela de música cubana. Ellos rompieron con el maleficio de que el jazz es la única música potente en América. El jazz es el dueño de las armonías, pero Cuba es la reina de los ritmos en América y las músicas del continente no pueden tener sabrosura sin los mambos, montunos, tumbaos ricos de las orquestas cubanas.

Después de aquella Gira por los barrios Habaneros con NG La Banda, la música nunca fue igual, la salsa y la timba cubanas causaron más revuelo que la llegada de la luz eléctrica aparecida un siglo antes (1889). Muchos músicos, intelectuales y detractores no pudieron entender aquella nueva música, tal como sucedió a la salida del mambo del cubano Dámaso Pérez Prado en 1949, en México. José Luis Cortés está en el Hall de la Fama de los grandes creadores de ritmos o movimientos musicales como Ignacio Piñeiro, Miguel Matamoros, Arsenio Rodríguez, Miguel Faílde, Dámaso Pérez Prado, Enrique Jorrín, Richard Egües y Rafael Lay. Cuando escuchamos los más de veinte discos de NG La Banda salimos remozados como si asistiésemos a una auténtica Revolución musical.