Renace NG La Banda, la que manda

NG La Banda, la que manda vuelve a ser tema de la publicidad con la salida del documental "Tosco, el rey de la timba", realizado con el apoyo de la Sociedad de Autores de España.

A todas luces los espectadores se percatan de que la realización del documental "Tosco el rey de la timba" provocara la reunión de los intérpretes iniciales de NG La Banda, como un revival", de los grandes momentos de la mejor banda timbera del funky cubano.

En conversación exclusiva para salsa.ch, José Luis Cortés, en su residencia me informó que la original banda de NG se organizaría de acuerdo a las proposiciones que le ofrezcan en el exterior. "Todos los años cuando NG cumple años, en el salón La Tropical se organiza un conciertazo maratónico, wagneriano con las mejores bandas de salsa cubana".

NG La Banda, la que manda es la reina de la salsa y la timba cubana, inició el gran Boom de la década de 1990 potenciando un despegue de la música cubana bailable contemporánea que revivió los grandes momentos de la década de 1950 cuando Cuba lo dominaba todo en el mercado mundial.

NG La Banda se inicia -luego de una serie de discos de experimentación Todos Estrellas- con un equipo de talentos de diversas agrupaciones: Irakere, Orquesta Cubana de Música Moderna, Emiliano Salvador, Pachito Alonso, Ritmo Oriental, Orquesta de Tropicana, grupo Galaxia y muchas. otras más.
El capitán de la Banda es José Luis Cortés, catalogado como el músico cubano de más calificación y de más impacto y acometividad de la Cuba del último medio siglo. Flautista de escuela y barriotero proveniente del mundo arrabalero de la savia popular, con el polvo de las calles y los talleres, donde surgen esos músicos primitivos, vale decir auténticos y naturales.

Desde niño conocí a José Luis Cortés y su familia que vivió al fondo de mi casa, donde negros de tradición africana tocaban todas las tardes los tambores con cueros de chivo que se le daban candela y se empleaban en las congas callejeras. De toda esa fuente telúrica surge Cortés, no podía recoger tanta substancia de pueblo.

La banda inicial estrenada el 4 de abril de 1988 estaba integrada por: José Luis Cortés (flauta, voz de coro, entretainer o chairman y director), Tony Calá (Cantante y voz que dio el timbre de trompeta, de timba caliente en su concepto, estilo y desenvolvimiento en la escena), Isaac Delgado, cantante, voz de melcocha, aterciopelada que dio la elegancia, el matiz suave a la violencia de las voces y los arreglos orquestales)
Las voces de NG emprendieron un trabajo original, con textos agresivos, potentes, hirientes y expresivos. José Luis le insufla a las voces el dominio de la escena, el desenvolvimiento espontáneo. Inaugura una nueva manera de dialogar con el público, de interactuar con los bailadores, de presentarles el coro que van a estrenar.

En los metales del terror se unieron: Elpidio Chapottín (Trompeta líder, familia del astro de la trompeta Félix Chapottín estrella del conjunto de Arsenio Rodríguez), José Miguel Crego (El Greco, trompeta excelente de la Orquesta de Cubana de Música Moderna), en el saxo soprano: Germán Velasco (sustituto de Paquito D´Rivera en Los Irakere, desde 1980), Carlos Averhoff, saxo tenor, proveniente de Los Irakere y uno de los grandes del instrumento en Cuba). Juan Munguía comenzó en la cuarteta de metales, pero Chucho Valdés lo volvió a reclamar a Los Irakere.

Los Metales del terror efectuaban pasajes de alta complejidad, difíciles para músicos no adiestrados en los dominios del instrumento. La masa orquestal impresiona y atrapa al oyente y bailador por la precisión y ajuste de las cuerdas. Todo ello determinan un sello profesional, una responsabilidad del sonido, en el tempo y la métrica de la orquesta. Los Metales del Terror hacen maravillas, siguiendo el ritmo nítido y sencillo, pero con pasajes difíciles de imitar, aunque todos pueden bailar. Los extranjeros le llaman los metales alucinantes.

En la base rítmica: al piano: Rodolfo Argudín Justiz (Peruchín -nieto-, rey del piano con moña, a contratiempo con tumbaos asimétricos. Renueva los tumbaos y montunos de enorme potencia, bajo la exigencia de la fuerte banda. En el teclado Miguel Ángel de Armas Laferté (Pan con salsa), introduce por vez primera el teclado en la orquesta bailable. Anteriormente Irakere lo empleó, pero no como instrumento independiente. Miguel Ángel interpreta el teclado para dar color a las orquestaciones apoyando a los metales en lo armónico como colchón orquestal. En función de la base rítmica percutiva en los contratumbaos y contramontunos.

Bajo: Feliciano Arango, considerado la gran estrella del bajo salsero y timbero. Con su instrumento de seis cuerdas regalo del empresario japonés Murakamis.
Batería: Gerardo Piloto, proveniente de la Escuela de Arte y la orquesta de Tropicana. Domina el jazz, los ritmos cubanos con mucha juvenilidad y prestancia.
Tumbadora: Comenzó Víctor Valdés quien fuera cantante del grupo Los Dada, le siguió José Nogueras (El Wikly), después Raúl Cárdenas (El Yulo), creador del estilo "picadillo", tumbador de Los Van Van. Los tres congueros fueron super estelares en NG y supieron llevar la "marcha", rítmica tan necesaria para el bailador.

Esa base rítmica "motor sonoro", Cortés le llamaba "La garra del tigre", el secreto de la banda, lo que hace mover con ajuste y precisión a toda la orquesta. Es como una máquina del sonido. Esa profesionalidad de la base rítmica es un concepto aplicado tanto a las voces como a los metales. La banda sonaba como una fundición de acero, apareció como la amenaza de la salsa latina.

El primer nombre de NG La Banda fue el de Nueva Generación, en una encuesta hecha en la radio el público seleccionó el nombre de NG La Banda. La primera entrevista de NG aparecida en la prensa la publiqué en la revista OPINA de diciembre de 1987, los músicos me expresaron: "El objetivo de Nueva Generación es buscar la música cubana del futuro. Esperamos ser el punto de partida para un nuevo modo de hacer los ritmos cubanos de la música bailable contemporánea. No queremos parecernos a nadie, buscamos un lenguaje claro y sensible; sin rechazar los elementos de la moda. Tampoco frenaremos el desarrollo del talento creativo de los integrantes de la banda".

Lo que se planteaban los jóvenes músicos era bien pretencioso, pero el team Todos Estrellas tenían juventud y experiencia. Por ejemplo, el director José Luis Cortés contaba con una experiencia de 18 años en las dos agrupaciones más resonantes de la década de 1970 y 1980: Los Van Van de Juan Formell y Los Irakere de Chucho Valdés. "De ambas agrupaciones -dice Cortés- tomé lo mejor. De Los Van Van la sencillez sonora para el bailador y la complejidad estructural de Irakere".

Cortés demostró a los músicos cubanos que los ritmos caribeños pueden ser tan atractivos como el todo poderoso jazz. Los estudiantes de música escolar europea abandonaron a los clásicos por los grandes de la música cubana. Las orquestas aparecían casi a diario y los grupos femeninos aparecían por decenas. Por primera vez los estudiantes de música se percataban que el poder de la música estaba en su propio patio.

Pero la música de NG La Banda y de toda la salsa y la timba cubana no triunfó sobre un camino de rosas, las críticas de los envidiosos y los detractores detrás de las columnas -como le sucedió al mismísimo Pérez Prado con el mambo- atacaron con todas las fuerzas a la nueva música que, de repente, dominó todo el espacio sonoro, las emisoras, los discos, los bailes. De momento no se hablaba más que de salsa cubana. Una renombrada canción del grupo de vanguardia "Habana Abierta", dice en uno de sus temas: "La radio aflojando salsa otra vez".

NG y el Boom de la salsa provocó la apertura de nuevos salones: El Palacio de la Salsa del Hotel Habana Riviera, La Cecilia, El Salón Rojo del Capri, La Discoteca Aché, La Casa de la Música de Miramar, La Casa de la Música de La Habana (Calle Galiano), El Turquino. En el exterior se reproducían los salones cubanos, las escuelas de baile pululaban en Europa, Japón reclamaba a las bandas cubanas y hasta New York le abría las puertas a la salsa cubana -la verdadera-, a pesar del bloqueo operado desde hacía tres décadas. En unas navidades del fin del milenio, llegaron a tocar más bandas cubanas en New York que en La Habana.
Las disqueras internacionales se disputaban las bandas cubanas, surgieron nuevos sellos: Caribe Productions, Magic Music, Art Color. Aparecieron nuevas revistas musicales: Salsa Cubana, Tropicana Internacional, Musicalia, Clave.

Se impuso el Record Guinness de "El son más largo del mundo", Cien horas (cinco días), miles de músicos y cientos de agrupaciones. Se organizó el Team Cuba (DreamTeam) de la salsa cubana con : Los Van Van, Revé, Adalberto, Isaac, NG La Banda, Paulo FG, Charanga Habanera.
Este es el aporte provocado por la aparición de NG La Banda con la guía de José Luis Cortés. El Tosco cumplió 55 años, ahora vive en una atmósfera más propicia, le han encargado una escuela de flautistas y otra de cantantes populares. Los que lo impugnaban, ahora lo aplauden, así es la música popular.

NG La Banda sigue sonando a diario en los mejores salones de La Habana y en las giras anuales por Europa. José Luis Cortés -como dijo Chucho Valdés- es uno de los grandes de la música cubana, junto a Juan Formell, Miguel Matamoros, Arsenio Rodríguez, Ignacio Piñeiro, Richard Egues, Enrique Jorrín y Pérez Prado. Es el personaje artístico más interesante de Cuba, considerado por profesores universitarios como un "postmoderno".