Julién Oviedo

Yulien Oviedo, la nueva onda

Yulien es uno de los niños prodigio de la percusión cubana y uno de las nuevas promesas de la nueva onda. Es el más joven del mítico proyecto Buena Vista Social Club con la orquesta Afro Cuban All Stars.

Yulien es hijo de uno de los grandes percusionistas de Cuba, Calixto Oviedo (alumno de Luis Palau), quien transitó por algunas de las agrupaciones más notables de su país: orquesta del cabaret Parisién, en el Hotel Nacional, Adalberto y su Son, NG La Banda. Es uno de los artífices en la fusión de la paila con la batería; un músico de gran ímpetu, de mucha dinámica.

Yulien comienza en la música entusiasmado por los golpes de paila y batería que daba su padre en la propia casa del barrio de Cayo Hueso. Los estudios formales los inicia en el conservatorio Manuel Saumell y en la Escuela Nacional de Arte. Mientras estudiaba, participaba en descargas con su padre en las actividades bailables. Lo recuerdo muy pequeño en la etapa en la que yo trabajé con Adalberto y con NG La Banda, donde su padre era estrella. En algunos solos magistrales, el padre Calixto le ponía un cajón al hijo y ahí sonaba la paila ante el estupor del público bailador. Eso era en la segunda mitad de la década de 1990, cuando el Boom de la salsa estaba en su máximo auge.

En 1996 llega la gran oportunidad para Yulien, en Cremona, Italia, en el programa Bravísimo donde se presentaban niños de diferentes manifestaciones artísticas. "Yo me encontraba muy emocionado -recuerda Yulien-, me seleccionaron entre los cinco niños más talentosos del planeta ¿te imaginas? Tenía que ofrecer una demostración magistral de percusión acompañado por la Orquesta de la televisión Italiana. Después de aquel éxito me abrí los caminos en Europa, América Latina y hasta el Oriente en Japón. Asistí a importantes encuentros en México, España, Cerdeña, North Sea Festival, Suecia, Escandinavia, donde me quedo como invitado de NG La Banda. Fue una etapa intensa en los finales del milenio".

En esa etapa de 1996, Yulien es seleccionado por Juan de Marcos González para el proyecto de la orquesta Afro Cuban All Stars. Graban tres discos y en uno de ellos toca la paila Yulien Oviedo. Estoy hablando del disco Buena Vista Social Club. "La selección de Yulien -me explica Juan de Marcos- consistía en crear en la orquesta un staff de tres generaciones: la juvenil, los de medio tiempo y la tercera edad con Compay Segundo".
"La etapa del Buena Vista Social Club -agrega Yulien- fue memorable, te imaginas obtener el Grammy en mi etapa de juventud, con solo trece años. Eso me abrió el camino para siempre. Recuerdo aquellos días en que se gestaba el fenómeno del renacimiento de la trova y el son tradicional".

Antes de finalizar el siglo XX Yulien sorprende nuevamente con la integración de la orquesta más reclamada por los jóvenes en la timba cubana: La Charanga Habanera de David Calzado. "Esa fue la segunda etapa de la Charanga -expone Yulien-, cuando se renueva toda la banda y yo entré tocando la paila en mis quince años. La Charanga entró en esta etapa con otra mecánica, en la que se hizo un mejor trabajo de voces en la balada salsera. Hay un momento en que me uno a los vocalistas, pero esa etapa no fue muy extensa, porque me decidí a hacer mi proyecto musical, mi orquesta y mi nueva onda light".

Ciertamente yo fui el primer sorprendido cuando me encontré a Yulien en el plano de cantante, siempre lo encuadré en la percusión, pero nada debe sorprendernos en la música. Muchas de las mejores voces de la salsa y la timba cubana provienen de la percusión: Robertón de Los Van Van, Alfonsito de la Revé, etc.
Pero Yulien continúa en el proyecto de Afro Cuban Al, Stars, recientemente efectuó una gira con ellos por el exterior y hasta llegó a cantar ese éxito de siempre Dos gardenias, de Isolina Carrillo, la misma canción que cantaba Ibrahim Ferrer.

Yulien sigue viviendo en el barrio de Cayo Hueso, su padre anda por Europa, se encuentran a menudo, la música sigue, los experimentos también. La edad de Yulien es de 25 años, está en sus mejores momentos y hay que esperar mucho de él.